El beso

25.04.2020

Un mundo nace cuando dos se besan.

Octavio Paz


−Seguí derecho por ese pasillo, luego doblá a la izquierda y nuevamente a la derecha. Al final, un buen trecho recto hasta la salida.

−¿Estás seguro? Mirá que dijeron que no podemos salir.

−Confiá en mí.

−Sí, pero...

−Si no confiás, no estás lista.

−Bueno, es que no es fácil de creer.

−Tenés razón. Antes vas a tener que pasar la prueba.

−¿La prueba? ¿Qué prueba?

−La del amor.

−¿Y eso?

−Tenés que decir "te amo".

−Me estás cargando.

−¿Te parece que es momento para bromas?

−Bueno, es que me salís con eso.

−No es complicado, ¿o sí?

−Nunca dije "te amo". Siempre digo "te quiero"; pero, te amo...

−¿Nunca te enamoraste?

−Sí, claro. Pero siempre dije "te quiero", o "te quiero mucho".

−Estás en problemas entonces.

−Es que me da vergüenza.

−¡Vergüenza! Vergüenza es odiar. Pero si no te nace de corazón, no pasás la prueba.

−¿No puedo decir te quiero?

−No es lo mismo.

−Pero cuando amo profundamente me expreso con un "te quiero" muy sincero.

−Pucha que sos complicada. Hacé la prueba.

−Qué caprichoso. Bueno, ahí va: te amo.

−No alcanza. Tiene que ser desde el alma.

−Te amo.

−Gritalo

−¡Te amo!

−Hmmm... No me convencés.

−¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amoooooo!

−¡Bien, bien, bien! ¿Viste que no era difícil?

−Es cierto.

−Ya estás lista. Si en el pasillo final escuchás expresiones como "je t´aime; eu te amo; ich liebe dich; sa ran je io; ro hayhú; ti amo; t´estimo; s´agapó", es porque tu "te amo" llego a los corazones de muchos... Ah, no te olvides de reclamar tu regalo a la salida.

−¿Regalo? ¿Qué regalo?

−Una caja de besos bien desinfectados.